Habíamos salido con Zinni de Gesell a la mañana y fuimos a chupar birra con Adrián y su gente a San Bernardo. Allá por el 2003 veranear era muy barato, así que habrán pasado unas cuantas frescas acompañadas con un cacho de vacío que sobraba de la noche anterior.
Ya era de noche y nos encontramos con el Negro y Eche con los cuales surgió la idea de ir al casino de Mar de Ajó. Nos fuimos hasta allá a pata, obvio. El Negro y yo, bien austeros, para no decir “ratas”, salimos en cero. Zinni arriba con unos cuantos pesos y a Eche lo tuvimos que sacar a la fuerza en números rojos.
Como no había lugar para dormir, a la mañana volvimos hacia Gesell. Bajamos en la terminal y nos encontramos de casualidad con Gastón y Geri. Charla va, charla viene, nos quedamos dormidos en la calle.
De la nada alguien me patea las piernas. Abro los ojos, puteando, pensando que era algún conocido, pero no. Hombre pelado, de patrulla y con macana en mano:
-Flaco, despertá a tus amigos.
-Muchachos, arriba que llegó la cana. –Obviamente no me creían, hasta que abrieron sus ojos.
-Siéntense contra la pared y pongas las manos atrás.
Seguían cayendo uniformados al lugar ante la mirada de todo el vecindario gesellino. Comienza la requisa, y para variar, el Negro dio la nota.
-Flaco, vos me vas a tener que acompañar. –En ese momento pensé “bueno, al menos yo quedé afuera”. ¿Para qué? Zinni, pronunció unas palabras pensando que lo iba a salvar de su ingreso a la comisaría:
-No, de ninguna manera. Si va él, vamos todo.
A lo que el oficial contestó:
-Bueno, suban todos a la camioneta.
Ya era de noche y nos encontramos con el Negro y Eche con los cuales surgió la idea de ir al casino de Mar de Ajó. Nos fuimos hasta allá a pata, obvio. El Negro y yo, bien austeros, para no decir “ratas”, salimos en cero. Zinni arriba con unos cuantos pesos y a Eche lo tuvimos que sacar a la fuerza en números rojos.
Como no había lugar para dormir, a la mañana volvimos hacia Gesell. Bajamos en la terminal y nos encontramos de casualidad con Gastón y Geri. Charla va, charla viene, nos quedamos dormidos en la calle.
De la nada alguien me patea las piernas. Abro los ojos, puteando, pensando que era algún conocido, pero no. Hombre pelado, de patrulla y con macana en mano:
-Flaco, despertá a tus amigos.
-Muchachos, arriba que llegó la cana. –Obviamente no me creían, hasta que abrieron sus ojos.
-Siéntense contra la pared y pongas las manos atrás.
Seguían cayendo uniformados al lugar ante la mirada de todo el vecindario gesellino. Comienza la requisa, y para variar, el Negro dio la nota.
-Flaco, vos me vas a tener que acompañar. –En ese momento pensé “bueno, al menos yo quedé afuera”. ¿Para qué? Zinni, pronunció unas palabras pensando que lo iba a salvar de su ingreso a la comisaría:
-No, de ninguna manera. Si va él, vamos todo.
A lo que el oficial contestó:
-Bueno, suban todos a la camioneta.
![](http://www.sigesell.com.ar/img/policia1.jpg)
Ingresamos dejando cordones y pertenencias, mientas nos comíamos una clase de moral del comisario.
-Muchaaaachos, yo tengo hijos de su edad.
Unas cinco horas más tarde, previo paso por el nosocomio zonal y una remontada de cometa recuperamos la libertad. Una vez más: gracias Negrito por ponerle pimienta a las vacaciones.
Jajajajaja
ResponderBorrarme encanto!!
Excelente!!!! me mori de risa Nachito!
MelOn